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24/3/20

Plan de acción de El Salvador sobre inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastres.




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Plan de acción de El Salvador sobre  inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastres.


Propuesta elaborada por:


“MOVIMIENTO DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD 3 DE FEBRERO”


Cortesía de Janeth Chávez


INTRODUCCIÓN


En el contexto de la asistencia humanitaria, la noción de inclusión pasa por garantizar que todas las personas afectadas por un desastre o emergencia, tengan acceso a la asistencia requerida, en el entendido que esta asistencia debe ser proporcional y equitativa según las necesidades.

El Estado salvadoreño, por medio de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPCD) de la ONU y de conformidad Artículo 11, adquiere ya la responsabilidad con su población con discapacidad, dado que dicho artículo expresa que: 

“Los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres”.

En razón que la actual emergencia humanitaria, como lo es el COVID-19, un virus que está cobrando la vida de muchos ciudadanos en el mundo, requiere que se consideren las medidas más efectivas para la población con alto nivel de vulnerabilidad, en el cual las personas con discapacidad nos encontramos, dado que una persona con discapacidad posee una condición de salud que genera una deficiencia a largo plazo, puede tener otras enfermedades y el riesgo de poder contraer el virus pudiese ser fatal para su vida.

Al igual que se tomen en cuenta nuestras necesidades en todas las medidas que se tomen por parte del Gobierno ante esta crisis en El Salvador.

Por lo cual exponemos los siguientes argumentos para la valoración del abordaje de la población con discapacidad en esta emergencia por el COVID-19.

Todos los involucrados y responsables que están velando en atender, promover y ejercer acciones para apoyar en la asistencia en la prevención del COVID-19, debe ser proporcional y equitativa según las necesidades individuales de cada persona, todo esto tomando en cuenta lo siguiente:


INCLUSIÓN. Hace énfasis en las personas con discapacidad debido a la necesidad de visibilizarles y garantizar su inclusión‑ sin embargo, está claro que el esfuerzo consiste en garantizar que todas las necesidades de todas las personas afectadas estén cubiertas mediante las estrategias de atención de los desastres y los procesos posteriores de recuperación, entendiendo que la diversidad de la población implica la existencia de necesidades diferenciadas y específicas. 

La inclusión se basa en tres principios fundamentales: la participación, la no discriminación y la accesibilidad. 

El enfoque inclusivo busca facilitar el acceso a la asistencia mediante la eliminación de barreras. para esto, se debe también asegurar la participación activa de las personas con discapacidad, sus familiares, y las organizaciones representativas, en el diseño, la toma de decisiones, la planificación, la implementación, el monitoreo y la evaluación de las acciones, siguiendo el precepto de “Nada sobre nosotros, sin nosotros”.


Los abordajes desde la vulnerabilidad y la diversidad de la discapacidad, deben ser parte de todos los programas de asistencia humanitaria, y para ofrecer una respuesta inclusiva se debe prevenir y corregir las barreras institucionales, actitudinales y del entorno que enfrentan las personas con discapacidad; 

En este sentido, es fundamental tener en cuenta consideraciones relacionadas con la multiculturalidad y la interseccionalidad , para brindar una asistencia humanitaria adaptada a las necesidades  de cada grupo, incluyendo el uso de idiomas propios de poblaciones afectadas, con el fin de garantizar acceso en igualdad de condiciones.


En la medida en que las personas de la comunidad afectada sean partícipes de la organización, que reciban información oportuna, que las instalaciones de asistencia estén en zonas seguras y accesibles, y que el diseño del programa de asistencia corresponda a necesidades específicas, se mejorará sustancialmente la inclusión y el acceso equitativo.


PROTECCIÓN. La inclusión y atención de las personas con discapacidad en conflictos, emergencias y desastres es parte fundamental de sus derechos humanos. 

La protección implica conseguir el pleno goce de estos derechos, procurando un entorno en el que se respete la dignidad humana, se eviten los patrones de abuso y se restablezcan condiciones de vida digna, mediante la generación de condiciones para la exigibilidad, la reparación y restitución de los derechos.


ATENCIÓN. La atención consiste en asegurar la prestación de servicios básicos para la subsistencia digna durante el periodo de crisis provocada por los conflictos, emergencias o desastres y en el proceso posterior de recuperación. 

Esto incluye servicios de salud, alimentación, agua y saneamiento, alojamiento temporal, información, servicios y productos de apoyo, entre otros. Esta asistencia debe estar ajustada a las necesidades y requerimientos particulares de los diferentes sectores de la población afectada, como es el caso de las personas con discapacidad, considerando su diversidad funcional.

Aunque se reconoce la necesidad de un abordaje mucho más amplio que involucre los conceptos de mediano y largo plazo relacionados con la gestión integral del riesgo de desastres, las acciones identificadas deben estar destinadas a ser desarrolladas en el contexto de la asistencia humanitaria, para la cual se deben identificar tres momentos específicos:

RESPUESTA: se refiere a las acciones que se desarrollan para atender las necesidades más urgentes de las personas con discapacidad afectadas por las crisis ocasionadas por conflictos, emergencias o desastres. El objetivo primordial de la respuesta es salvar vidas, y proveer servicios y productos de apoyo para reducir los efectos de la crisis sobre las personas con discapacidad afectadas.

RECUPERACIÓN: las instituciones y organizaciones deben brindar a las personas con discapacidad afectadas un acompañamiento más allá de las acciones desarrolladas durante la crisis, con el fin de apoyarles en su proceso de recuperación emocional, social y material de los efectos provocados por el desastre. 

La fase de recuperación (rehabilitación, reconstrucción) proporciona un punto de entrada para reconstruir una sociedad más inclusiva y más segura para todas las personas. 

El contexto de la asistencia humanitaria ofrece la oportunidad de trabajar en conjunto con organizaciones de personas con discapacidad y las autoridades locales para asegurar que todas las iniciativas de inclusión emprendidas durante la emergencia, se continúen y amplíen en el proceso de recuperación. 
Si se aborda la discapacidad en la reconstrucción de la infraestructura física (casas, escuelas, hospitales, clínicas, edificios públicos, carreteras, etc.), en la planificación comunal, en las estrategias de empleo, en el seguimiento y la evaluación, se estará construyendo una base sólida para una sociedad más equitativa e incluyente.

PREPARATIVOS: todas las acciones que se desarrollan en la respuesta y la recuperación deben haber sido identificadas y preparadas con anterioridad como parte de la planificación estratégica de las instituciones y organizaciones, lo cual incluye no sólo los procedimientos y recursos, sino también los mecanismos de coordinación entre los diferentes actores para una intervención integral y articulada, incluidas las mismas personas con discapacidad.


ANÁLISIS DE SITUACIÓN

Aunque en muchos casos las personas pueden tener una exposición similar a los efectos negativos de las amenazas de origen natural o causadas por la acción humana, su vulnerabilidad real depende de elementos tales como su condición socioeconómica, el acceso a recursos, a la información, a la mitigación y el socorro, etc. Por esta razón las personas con discapacidad se ven afectadas de manera desproporcionada en situaciones de desastre y conflicto debido a que no se nos incluye en la planificación de las medidas de preparación, respuesta y recuperación, así como por la inaccesibilidad de las instalaciones, los servicios y los sistemas de transporte no inclusivos.

Por lo anterior, las personas con discapacidad tenemos más probabilidad de ser dejadas atrás o abandonadas durante las situaciones de emergencia. Además, nuestras necesidades no se tienen en cuenta en los planes de largo plazo, con lo que se pierde una nueva oportunidad de incorporar medidas para hacer frente a emergencias futuras. Y hay que tomar muy en cuenta que la alteración de l

as redes físicas, sociales, económicas, ambientales y de los sistemas de apoyo suele afectar mucho más a las personas con discapacidad que a la población general, en especial, debido a la discriminación por motivos de discapacidad cuando escasean los recursos.


Las dificultades de acceso que enfrentan las personas con discapacidad en tiempos normales, se incrementan y se hacen más complejas durante las situaciones de desastre, y sin embargo, tradicionalmente se ha hecho omisión de las necesidades particulares para la atención de esta población, en los diferentes instrumentos de asistencia. Algunas de las barreras más comunes que enfrentan las personas con discapacidad en los desastres son:

Barreras institucionales: dentro de la atención humanitaria, rara vez se presta atención a la discapacidad‑ por ejemplo, no suele haber procedimientos, protocolos, lineamientos o mucho menos presupuestos para atender de manera específica a esta población.

La concienciación, el fortalecimiento de capacidades y la asignación de presupuestos específicos pueden asegurar que las personas con discapacidad sean visibles en las evaluaciones (identificados y registrados), así como ser incluidos en los servicios.

Barreras actitudinales: Las personas con discapacidad se enfrentan a la discriminación por parte de compañeros, la familia, la comunidad e incluso del personal humanitario como resultado de una falta de comprensión y la percepción negativa de esta condición. 

Es necesario crear y hacer comunicación inclusiva para contar con personas con discapacidad entre el personal de asistencia, quienes deben estar debidamente preparadas y concientizadas sobre el manejo de emergencias, así como capacitar y concientizar en general a la población, todo ello para mejorar la comprensión sobre la discapacidad. Igualmente es importante el reducir el aislamiento de las personas con discapacidad y como apoyarlas de la mejor manera posible y que se les permita participar ampliamente en los planes de acción, así como facilitar su acceso a los servicios de la asistencia humanitaria.

Barreras ambientales:

La discapacidad no se considera sistemáticamente en el diseño de sitios de alojamiento temporal, y normalmente no se incluyen dispositivos de asistencia o medicamentos apropiados para personas con discapacidad en los suministros humanitarios. 

Así mismo los servicios de apoyo pueden estar ubicados en lugares de difícil acceso para las personas con discapacidad y no se prevén mecanismos para facilitar dicho acceso. 

Es trascendental incluir los principios del diseño universal en el desarrollo de infraestructura física para la atención de emergencias, mediante la promoción del trabajo conjunto entre las organizaciones de personas con discapacidad y las autoridades locales, para hacer ajustes razonables a las estructuras existente, en procurar reducir la marginación de las personas con discapacidad y garantizar el pleno acceso a los servicios humanitarios a todas las personas a través de un diseño universal o ajustes razonables (Art. 2 CDPCD).


Barreras de comunicación: la señalética y otros métodos de comunicación no están adaptados y no son accesibles para las personas con diferentes discapacidades, (sobre todo las personas ciegas, sordociegas o sordas), lo cual reduce sus posibilidades de obtener asistencia humanitaria. 

Además, al personal humanitario se le debe proporcionar el conocimiento y las herramientas necesarias para comunicarse y relacionarse adecuadamente según los diferentes tipos de discapacidad, y las personas con discapacidad podrán expresar sus puntos de vista, participar y actuar con información y conocimiento. 

Aquí también es muy importante el poder tener acceso a Teleasistencia, especialmente en casos de crisis en personas con discapacidad mental o psicosocial e intelectual severa o profunda. Al igual para el tema de salud mental a la población en general que entre en crisis de pánico o miedo. También para que las personas con discapacidad puedan expresar situaciones que estén vulnerando sus derechos o su vida.

Además, los métodos de alarma y procedimientos de emergencia de los sistemas de alerta temprana no están adecuados para ser percibidos y comprendidos por personas con distintas discapacidades.


El uso de formatos apropiados asegura que las personas con discapacidad y su asistente personal tengan acceso y puedan entender la información esencial sobre los servicios disponibles. 

Al personal humanitario se debe proporcionar el conocimiento y las herramientas necesarias para comunicarse y relacionarse adecuadamente según los diferentes tipos de discapacidad.


En el artículo 4.1 de la CDPCD también se afirma que los Estados Partes se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad̹, y en el artículo 32 se reconoce la importancia de la cooperación internacional con miras a hacer frente a la capacidad limitada de algunos Estados para responder a situaciones de riesgo y crisis humanitarias. 

El Marco de Sendai, aprobado en la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres en marzo de 2015, constituye el instrumento principal para orientar a los países sobre las prioridades que deben establecer en materia de gestión del riesgo. 

En dicho marco, se destaca la necesidad de establecer un enfoque más centrado en las personas, y de un empoderamiento y una participación inclusiva, accesible y no discriminatoria, prestando especial atención a las personas afectadas desproporcionadamente por los desastres desde una perspectiva de género, edad, discapacidad y cultura en todas las políticas y prácticas. 

Esto implica así mismo, la incorporación de actores pertinentes, como es el caso de las personas con discapacidad, en el diseño y la aplicación de políticas, planes y normas. Esta mención explícita puede ser considerada como un gran avance con relación al anterior Marco de Acción de Hyogo (2010-2015) en el cual no se hacía referencia a temas como la discapacidad en la agenda de la gestión del riesgo de desastres. De esta manera, se visibiliza y se impulsa la discapacidad como una perspectiva que debe estar incluida en todos los procesos relacionados con la reducción de los riesgos de desastre.

PLAN DE ACCIÓN DE EL SALVADOR SOBRE INCLUSIÓN, PROTECCIÓN Y ATENCIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LAS EMERGENCIAS Y DESASTRES

Por todo lo anterior el MOVIMIENTO DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD 3 DE FEBRERO propone el siguiente PLAN DE ACCIÓN DE EL SALVADOR SOBRE INCLUSIÓN, PROTECCIÓN Y ATENCIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LAS EMERGENCIAS Y DESASTRES basado en una respuesta inclusiva de la discapacidad frente al COVID19 tomando en cuenta las recomendaciones de la Alianza Internacional de Discapacidad (IDA) y las experiencias propias como sector y las acciones realizadas por administraciones anteriores de país y que considera las responsabilidades compartidas del Estado y los cumplimientos de tratados que están alineados y articulados con los indicadores y las metas del Plan Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud 2014-2019, el Plan de acción mundial de la OMS sobre discapacidad 2014-2021: 


“Mejor salud para todas las personas con discapacidad” y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y que permite la ejecución de las intervenciones necesarias para mejorar la inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastre y defender así la salud, el funcionamiento y la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias.
El Plan está orientado hacia la eliminación de las causas de discriminación, al partir de la idea de que la igualdad de derechos de todas las personas ha de ser el referente para cualquier medida que pretenda actuar sobre las condiciones de exclusión en las que frecuentemente se encuentran las personas con discapacidad.
Los principios de igualdad de oportunidades y de igualdad entre mujeres y hombres forman parte esencial del Plan, favoreciendo la perspectiva de género y discapacidad, de tal forma que las mujeres con discapacidad, objeto frecuente de doble discriminación, se encuentran expresamente contempladas.

Por este mismo principio de igualdad de oportunidades, se tienen en cuenta en el Plan a los niños y niñas con discapacidad, grupo con especial riesgo de caer en situaciones de exclusión, violencia y pobreza y en el que la Convención de la ONU fija especial interés.

También presta especial atención a las personas con discapacidad que viven en zonas rurales y a las personas mayores con discapacidad, que conforman un colectivo cada vez más numeroso, a quienes beneficiarán las acciones del Plan que repercuten en el fomento de un envejecimiento activo.
Las RECOMENDACIONES CLAVE DE LA ALIANZA INTERNACIONAL DE DISCAPACIDAD (IDA) que deben ser tomadas muy en cuenta por el Estado salvadoreño son:

1.   Las personas con discapacidad tienen un mayor riesgo de contraer COVID19 debido a las barreras para acceder a la información preventiva y la higiene, la dependencia del contacto físico con el medio ambiente o las personas de apoyo, así como las afecciones respiratorias causadas por ciertas discapacidades.

Recomendación 1: Las personas con discapacidad deben recibir información sobre consejos para mitigar infecciones, planes de restricción pública y los servicios ofrecidos, en una diversidad de formatos accesibles.

• La información en los medios de comunicación debe incluir subtítulos, lenguaje de señas nacional, alto contraste e información en letra grande.

• Los medios digitales deben incluir formatos accesibles para las personas ciegas y otras personas que enfrentan restricciones para acceder a la impresión.

• Toda comunicación debe estar en lenguaje sencillo.

• En caso de que las comunicaciones públicas aún no sean accesibles, las líneas telefónicas alternativas para personas ciegas y la dirección de correo electrónico para personas sordas o con dificultades auditivas pueden ser una opción temporal.

• Los intérpretes de lenguaje de señas que trabajan en situaciones de emergencia y salud deben recibir las mismas protecciones de salud y seguridad que otros trabajadores de atención médica que trabajan con COVID19.

• Puede haber alternativas apropiadas para un acceso óptimo, como intérpretes que usan una máscara transparente, para que las expresiones faciales y el movimiento de los labios aún sean visibles.

• Las alternativas son particularmente importantes ya que la interpretación remota no es accesible para todos, incluidas las personas con sordo-ceguera. Las soluciones deben explorarse con las personas y organizaciones interesadas que las representan.

Recomendación 2: Deben tomarse medidas de protección adicionales para las personas con ciertos tipos de discapacidad.

·         Desinfección de puertas de entrada reservadas para personas con discapacidad, pasamanos de rampas o escaleras, pomos de accesibilidad para puertas reservadas para personas con movilidad reducida.

·         Introducir pruebas proactivas y medidas preventivas más estrictas para grupos de personas con discapacidades que son más susceptibles a la infección debido a las complicaciones respiratorias u otras complicaciones de salud causadas por su discapacidad.

·         La crisis de COVID19 y las medidas de confinamiento pueden generar miedo y ansiedad; por lo que demostrar solidaridad y apoyo comunitario es importante para todos y puede ser crítico para personas con discapacidades psicosociales.

·         Además, se recomienda tomar en cuenta dotar a los diferentes hospitales y clínicas de atención, de camillas y camas especiales de elevación que puedan ser utilizadas por personas con diferentes tipos de discapacidad.

Recomendación 3: La sensibilización rápida y la capacitación del personal involucrado en la respuesta son esenciales

• Los funcionarios del gobierno y los proveedores de servicios, incluidos los servicios de respuesta a emergencias, deben recibir capacitación sobre los derechos de las personas con discapacidad y sobre los riesgos asociados con las complicaciones respiratorias para las personas que tienen discapacidades específicas (por ejemplo, cuya salud puede verse comprometida por la tos)

• La sensibilización sobre el apoyo a las personas con discapacidad debe formar parte de todas las campañas de protección.

Recomendación 4: Todos los planes de preparación y respuesta deben ser inclusivos y accesibles para las mujeres con discapacidad.

Tomando en cuenta que la mujer por los diferentes roles que ocupa, para la eliminación de la discriminación y exclusión, su análisis debe realizarse, desde la interseccionalidad, para lograr crear estrategias, que den respuesta las necesidades y a la eliminación de la violencia que puede suscitarse, en este estado de emergencia a las mujeres con discapacidad.

• Cualquier plan para apoyar a las mujeres debe ser inclusivo y accesible para las mujeres con discapacidad.

• Los programas para apoyar a las personas con discapacidad deben incluir una perspectiva de género.

2. La implementación de cuarentenas o programas restrictivos similares puede implicar interrupciones en los servicios vitales para muchas personas con discapacidad y socavar los derechos básicos como la alimentación, la atención médica, el lavado y el saneamiento y las comunicaciones, lo que lleva al abandono, el aislamiento y la institucionalización.

Recomendación 5: Prohibición de la institucionalización y el abandono basados en la discapacidad.

• Las personas con discapacidad no deben ser institucionalizadas como consecuencia de los procedimientos de cuarentena más allá del mínimo necesario para superar la etapa de enfermedad y en igualdad de condiciones con los demás.

• Cualquier interrupción en los servicios sociales debe tener el menor impacto posible en las personas con discapacidad y no debe implicar el abandono.

• Las redes familiares y sociales de apoyo, en caso de estar en cuarentena, deben ser reemplazadas por otras redes o servicios.

Recomendación 6: Durante la cuarentena, se deben garantizar los servicios de apoyo, asistencia personal, accesibilidad física y de comunicación.

• Las personas con discapacidad en cuarentena deben tener acceso a servicios de interpretación y apoyo, ya sea a través de servicios externos o a través de su red familiar y social;

• Asistentes personales, trabajadores de apoyo o intérpretes deberán acompañarlos en cuarentena, previo acuerdo de ambas partes y sujeto a la adopción de todas las medidas de protección;

• Los asistentes personales, trabajadores de apoyo o intérpretes deben someterse a pruebas proactivas para COVID 19 para minimizar el riesgo de propagar el virus a personas con discapacidades.

• Los servicios remotos de trabajo o educación deben ser igualmente accesibles para empleados / estudiantes con discapacidades.

Recomendación 7: Las medidas de restricciones públicas deben considerar a las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con los demás.

• En caso de medidas de restricción pública, las personas con discapacidad deben recibir apoyo para cumplir con sus requisitos de vida diaria, incluido el acceso a alimentos (según sea necesario con requisitos dietéticos específicos), vivienda, atención médica, apoyo en el hogar, la escuela y la comunidad, así como mantener el empleo y el acceso a transporte accesible.

• Los planificadores del gobierno deben considerar que las restricciones de movilidad y negocios impactan desproporcionadamente a las personas con movilidad reducida y otras personas con discapacidad y permiten adaptaciones. Por ejemplo, Australia ha reservado horarios específicos de apertura en supermercados para personas con discapacidad y personas mayores.

• Los proveedores de servicios de apoyo deben tener el equipo de protección personal y las instrucciones necesarias para minimizar la exposición y la propagación de la infección, así como también deben realizarse pruebas proactivas para detectar el virus.

• En caso de escasez de alimentos o productos higiénicos, se deben tomar medidas inmediatas para garantizar que las personas con discapacidad no se queden fuera, ya que serán el primer grupo en experimentar la falta de acceso a dichos artículos.

• Cualquier programa para brindar apoyo a los grupos marginados debe incluir la discapacidad, por  Ejemplo  La distribución de efectivo puede no ser una buena opción para muchas personas con discapacidad, ya que es posible que no puedan encontrar los artículos que necesitan debido a las barreras de accesibilidad.

3. Cuando se enferma con COVID19, las personas con discapacidad pueden enfrentar barreras adicionales para buscar atención médica y también experimentar discriminación y negligencia por parte del personal de atención médica.

Recomendación 8: Las personas con discapacidad que necesitan servicios de salud debido a COVID19 no pueden ser des-priorizadas debido a su discapacidad.

• Los mensajes de comunicación de salud pública deben ser respetuosos y no discriminatorios.

• Las instrucciones para el personal de atención médica deben destacar la igualdad de dignidad para las personas con discapacidad e incluir salvaguardas contra la discriminación basada en la discapacidad.

• Si bien apreciamos que la urgencia es tratar con el número cada vez mayor de personas infectadas y que necesitan hospitalización, la sensibilización rápida del personal médico clave es esencial para garantizar que las personas con discapacidad no se queden atrás ni se las des-priorice sistemáticamente en respuesta a la crisis.

• Las comunicaciones sobre la etapa de la enfermedad y cualquier procedimiento deben ser dirigidas a la persona misma ya través de medios y modos de comunicación accesibles.

4. Las organizaciones de personas con discapacidad (OPD), particularmente a nivel nacional y local, pueden no estar preparadas para tomar medidas inmediatas y pueden no ser plenamente conscientes de cómo abordar la situación.

Algunas medidas que los Organizaciones de Personas con Discapacidad pueden tomar incluyen:

Recomendación 9: Las Organizaciones de Personas con Discapacidad pueden y deben desempeñar un papel clave en la sensibilización de las personas con discapacidad y sus familias.

• Preparar instrucciones y orientación sobre el COVID19 en varios formatos accesibles en idiomas locales; vea los recursos existentes producidos por los miembros de IDA y sus miembros, que seguiremos actualizando

• Ayudar a establecer redes de apoyo entre pares para facilitar el apoyo en caso de cuarentena;

• Organizar capacitaciones sobre inclusión de discapacidades para los organismos responsables.

• Recopile una lista actualizada de atención médica accesible y otros proveedores de servicios esenciales en cada área

Recomendación 10: las Organizaciones de Personas con Discapacidad pueden y deben desempeñar un papel clave en la promoción de una respuesta que incluya la discapacidad a la crisis COVID19

• Proactivamente llegar a todas las autoridades relacionadas, incluidos el sistema de salud, los medios nacionales, la sede de respuesta a crisis y las autoridades educativas para:

• Sensibilizar a las autoridades sobre cómo la pandemia y los planes de respuesta pueden impactar desproporsionadamente a las personas con discapacidad;

• Ofrecer consejos prácticos personalizados sobre cómo abordar las barreras de accesibilidad o las medidas específicas requeridas por las personas con discapacidad.

• Con base en los recursos y la capacidad disponibles, contribuya a la respuesta de emergencia nacional o local.

Por todo lo anterior consideramos de suma importancia el tema de inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastres para reducir las desigualdades existentes, entre las cuales la discapacidad es un factor de vulnerabilidad.


23 marzo de 2020


Movimiento de Personas con Discapacidad del 3 de Febrero
¡¡NADA DE NOSOTROS SIN NOSOTROS!!

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